Dudas y cuestiones sobre la empresa familiar.

Al hilo del evento “ Diálogos con la Empresa Familiar” y presentación del libro “Estructura fiscal Optima en la empresa familiar”, los ponentes Lorenzo Amor Acedo, Javier Martín, Jesús Rodríguez y Basilio Ramírez, han respondido a varias reflexiones interesantes que ilustran la relación de las empresas familiares, tanto con la fiscalidad, como con la propia Agencia Tributaria.

1-¿La relación cooperativa en materia tributaria es cosa de las grandes empresas?

La respuesta es negativa. Es cierto que el primer Código de Buenas Prácticas Tributarias de la AEAT se fraguó en el Foro de grandes empresas, pero ya cuentan con un Código propio los profesionales tributarios y, en breves fechas, se aprobarán los de autónomos y pymes.

Sin duda, las empresas familiares deben suscribir el Código correspondiente, ya que es la forma de avanzar en la relación cooperativa y evitar la litigiosidad.

2-¿Sigue siendo tema recurrente en las empresas familiares el conflicto con la Hacienda Pública sobre la retribución de sus administradores?

Es preciso recordar que el cumplimiento de la normativa mercantil resulta esencial para que la satisfecha sea deducible en el Impuesto sobre Sociedades. Por tanto y para evitar contingencias, es preciso tener presente, de un lado, que cualquier retribución que perciban por el ejercicio de funciones directivas lo es por su cargo. Como ejemplos se entienden las de gerente; director general; director de administración, compras, ventas, etc. De aquí que deba figurar en los Estatutos, al establecerlo, expresamente, aquella normativa.

De otro, el administrador puede prestar otros servicios a la sociedad, ajenos a dichas funciones y cuya retribución será deducible para la misma.

3-¿Tiene algún sentido la disparidad existente entre las Comunidades Autónomas en relación a los Impuestos sobre el Patrimonio y Sucesiones?

Los tributos que marcan el paso de la empresa familiar son los citados, que, pese a su carácter estatal, están cedidos a las Comunidades Autónomas. Esta cesión, si bien fue un logro en su momento, ha devenido ineficaz, al crear serias diferencias entre ellas, que hacen que los españoles no seamos iguales, al menos en lo que respecta a ambas figuras tributarias. Esperemos que el Informe de la Comisión de Expertos sobre la reforma fiscal formule pautas de actuación del legislador en este sentido.

La sucesión es uno de los momentos más delicados para las empresas familiares. Por ello, y llegado este momento, se debe tener en cuenta que es un desafío para su supervivencia, por lo que su planificación será la llave hacia el éxito. Ello requiere dotarse de una estructura eficiente a efectos tributarios.

4-¿Las empresas familiares españolas viven al margen del buen gobierno corporativo?

En España destaca lo heterogéneas que son, desde multinacionales conocidas por todos hasta pymes, siendo estas últimas la práctica mayoría y que suelen omitir muchas de las pautas de buen gobierno que han hecho triunfar a las primeras, ya que es un elemento esencial para garantizar su éxito empresarial y, sobre todo, su futuro.

En las pymes se sigue pensando como si la persona física del fundador y sociedad fueran la misma cosa, lo cual incide, muy negativamente, en dicho buen gobierno. Ello requiere plantearse una serie de retos, como son la apuesta por la innovación para alcanzar una ventaja competitiva, la profesionalización partiendo de la elección de los mejores administradores y directivos, un control eficaz de toda su actividad y la sucesión.

5-¿Qué papel juega la contabilidad y la implantación de un adecuado sistema de gestión en las empresas familiares?

Se suele olvidar que la contabilidad es un instrumento de control y no un mero cumplimiento de una obligación tributaria formal. En definitiva, está encaminada a la obtención de estados financieros útiles para la toma de decisiones, por lo que no puede llevarse a cabo una concreta gestión de riesgos sin darle la debida importancia. De aquí que deben descartarse actuaciones, bastante habituales en las pymes españolas, como que la contabilidad se externaliza a un tercero, normalmente un asesor fiscal.

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